sábado, 19 de julio de 2008

Me ha emocionado...

Debido a mi formación, me gustan los estudios del comportamiento humano y a veces comento con mis alumnas las lecturas que me parecen interesantes.

Actualmente estoy leyendo "El cerebro femenino", de Louann Brizendine. Estoy fascinada con el libro, explica todas las influencias hormonales que sufrimos al decorrer de toda nuestra vida y de los impresionantes y profundos cambios que tenemos desde niñas hasta la menopausa debido a cómo está estructurado nuestro cerebro. Y además de conocernos un poco más, también entendemos cómo funciona el cerebro masculino, tan distinto al nuestro. Siempre he creido que cuando se tiene empatía todo es más fácil. Y nada mejor que sabiendo cómo funcionamos.

La cuestión es que de este comentario durante el curso, una de las asistentes (y futura psicóloga) me habló acerca de un libro (El infinito el la palma de la mano, de Gioconda Belli), ¡¡que de hecho me regaló la semana seguiente!! Y ese mismo día, al llegar a casa recibo un correo electrónico suyo con un poema de la misma autora para el día de la mujer de este año. Como le pasó a ella también me pasó a mi: no sé si son las hormonas o el día del mes, pero no he podido evitar las lágrimas!

Así que os dejo este poema tan sensible y tan profundo de Gioconda Belli:


Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
Y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
Y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
Y nos encerraron por locas
Flores del que nos pega, del que se emborracha
Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género
Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.

Gioconda Belli
8 de Marzo de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola cariño soi laila la de la vallduixo. como estas espero q estes bien y te deseo suerte en tu vida y sobre todo en el amor ok te quiero muxo y esper q volveras el año q niene ok babayyyyyyyy